Las niñas no juegan a la química.

Es algo bien establecido el hecho de que la ciencia es un juguete para los adultos, no apto para aquellos que no poseemos un título de doctorado, pero es muy curioso notar que quienes nos aventuramos a aprender y elucidar los secretos del Universo, en especial las personas que estudiamos física o química, somos mayoritariamente hombres. No estoy diciendo que sean ciencias exclusivas de hombres, pero debemos considerar el hecho de que históricamente hablando, estas dos grandes ciencias fueron desarrolladas por varones ilustres que observaron los fenómenos de la naturaleza. Y aparentemente esa influencia continúa hasta nuestros días.

Paradójicamente este paradigma es contrarrestado en ciencias como la biología, donde la belleza y gracia de sus objetos de estudio son afines a la sensibilidad de las chicas que cada vez más se enfocan a las ciencias básicas y de la salud. Pero, por ejemplo, en la química, los estadísticos muestran el hecho de que la cantidad de mujeres que ingresan y egresan anualmente es una cantidad casi constante. La mayoría de las niñas que en estos momentos se encuentran en una carrera relacionada con las ciencias químicas estuvieron relacionadas en algún momento con las olimpiadas de química o con actividades afines a ella. Muchas de ellas terminan incluso posdoctorados y laboran como catedráticas en universidades, institutos tecnológicos y unidades de investigación.

Pero, es menester hacer hincapié en el hecho de que si bien pocas, y me refiero dentro del nivel bachillerato, hay mujeres que hacen química de manera fantástica, que tienen un cumulo de conocimientos exquisito, poseedoras de una habilidad inaudita para el trabajo experimental y que se encuentran dentro de las mejores estudiantes de esta ciencia a nivel nacional. Algunas trabajan en centros de investigación, otras se irán a estudiar a otro país, y algunas más en estos momentos están representando a todos los jóvenes preuniversitarios amantes de la química de México. Amigas que estudiarán en la facultad o en escuelas privadas de alto nivel académico, a quienes les hago un reconocimiento público y recuerdo que mujeres valerosas y aguerridas como ustedes dignifican y enaltecen al género femenino. Pido para todas ellas un aplauso de pie.

Ferroceno

En el año de 1952 se produjo una revolución en el campo de la química organometálica cuando se sintetizó un compuesto de hierro y el ion ciclopentadienilo, C5H5- (cuya abreviatura común es Cp). Se demostró que en este compuesto el ion hierro está entre los dos anillos aromáticos como si fuera una especie de sándwich. Este primer miembro establecido de la clase, el Fe(η5-C5H5)2 cristalino de color naranja, se conoce comúnmente como ferroceno. En virtud de que el ion Cp tiene una carga negativa, nominalmente el hierro del ferroceno tiene una carga nominal de +2. La ruta de carácter más general para llegar a los metalocenos (ferroceno, niqueloceno, entre otros) implica la formación del anión Cp por reacción del ciclopentadieno con sodio metálico en un disolvente orgánico polar, seguida de la reacción del producto con el cloruro del metal.

2 C5H6 +2 Na(s) → 2 Na+ + 2 C5H5- + H2(g)
2 C5H5- + FeCl2 → Fe(η5-C5H5)2 + 2 Cl-
2 Na+ + 2 Cl- → 2 NaCl(s)

Por lo común los compuestos organometálicos son volátiles y se descomponen en presencia de oxigeno o agua; sin embargo, el ferroceno es muy estable, pues funde a 172.85 °C y es térmicamente estable al menos hasta los 500 °C. Parte de la estabilidad es consecuencia de la aromaticidad de los seis electrones π de cada anillo de Cp; por lo tanto este anillo es tan difícil de atacar como el benceno. El ferroceno reacciona solo con reactivos muy enérgicos, y aun éstos rara vez lo descomponen. Por ejemplo, el ácido nítrico oxida el ferroceno al ion ferricinio, Fe(η5-C5H5)2+ de color azul verdoso, pero deja intactos los anillos aromáticos.

A partir del descubrimiento del ferroceno los complejos que contienen moléculas orgánicas ligadas por medio de sus sistemas π han llegado a ser cosa común. Por ejemplo, se conocen compuestos de la molécula aromática más sencilla, el benceno, como el di-hexahaptobencenocromo(0), Cr(η6-C6H6)2.

El mundo de los compuestos organometálicos está repleto de sorpresas. Por ejemplo, el hierro forma un compuesto con dos ligantes de Cp y dos ligantes de carbonilo, pero sólo uno de los anillos está unido de costado; el otro forma un enlace σ por medio de uno solo de los átomos de carbono de su anillo. Por tanto, la fórmula del compuesto se escribe: Fe(η1-C5H5)(η5-C5H5)(CO)2.

Solo por diversión

Durante el tiempo que estuve estudiando para competir en las olimpiadas de química, como en toda la vida, existieron momentos buenos, momentos no tan agradables y sin duda alguna, momentos inolvidables. Todo esto pasó de manera fugaz, mi vida comenzó a no tener un sentido fijo y perdí el objetivo principal de la misión. Fue una relación simbiótica entre las comodidades que la química me daba y mi deseo de aprender cada día cosas nuevas. Cada vez era más difuso el horizonte.

Pero platicando con un muy estimado amigo de Baja California, recordé que el motivo de estar concursando no es otro más que la diversión; puramente engendrada apartir de disfrutar los encantos de la química y del amor tan profundo que tengo por esta ciencia. Así recordé aquellos tiempos en los que no me importaba enfundarme en una bata y saltar al acecho de nuevas reacciones; esos momentos en los que con productos de uso domestico común conformé mi primer laboratorio de trabajo; lejanos días en los que con tubos de ensaye de mi juego de química y con pequeñas remesas de químicos baratos descubría los secretos intimos de la naturaleza.

Creo que así comienza todo. Todo lo grande comienza siempre pequeño; todo lo difícil comienza siempre fácil. Y creo que en ese momento próximo al final es cuando uno olvida todo el hermoso background que tiene, el que suscribe menosprecia el saber que el Cr 2+ es azul; el Cr 3+ es verde; el Cr 6+ es anaranjado en medio ácido y amarillo en medio básico. Es ahí donde uno comete el error: nunca debemos hacer de menos lo que conocemos, lo que a nosotros nos consta. Cualquiera puede decir que la reacción de Tollens produce un espejo de plata, pero pocas personas que yo conozco han exclamado cuan hermoso es ese precipitado de plata fina.

Esto es una reflexión acerca de los conocimientos y la forma de adquirirlos. No basta leer en un libro que la reacción de Cu 2+ con amoniaco produce el ion tetraaminocobre II, hay que ver el tubo de ensaye y contemplar el encanto, misterio y belleza de la química. Esta actividad sin duda genera entusiasmo y motivación por buscar entender los misterios de las sustancias. Puede ser una forma novedosa de enseñar (y aprender) química.

Honor a quien honor merece

Este es un reconocimiento a la amistad que emanó de una experiencia que para todos fue nueva. Sin duda lo mejor de la olimpiada de química del DF es el hecho de que nos dejó unos amigos geniales, todos ellos muy inteligentes y sin duda peculiares. Y aunque yo despreciaba el Wade, ahora lo utilizo más que al mismísimo Morrison (:P). Creo que eso no fue lo único que cambió dentro de mí durante este largo viaje en el cual nos mantuvimos, pues hay que reconocer que ya acabó, juntos. Me hicieron ver las cosas de diferentes maneras y de cada uno de ustedes aprendí mucho, les agradezco y recuerden; ¡¡¡SIEMPRE ESTAREMOS QUÍMICAMENTE UNIDOS!!!

[Dy]-SCience

Explicaré que el título tiene tres componentes primarios.

El primero, como todos saben, hace referencia al elemento Dysprosio, el cual es un lantánido anfótero utilizado en los reactores nucleares, en la fabricación de láseres especiales y como catalizador.

El segundo componente es la letra S, que si bien se podría pensar que es porque la palabra ciencia en inglés comienza con esta letra, lo cierto es que esta letra representa la configuración de un centro estereogénico cuando la prioridad de sus sustituyentes es contra las manecillas del reloj.

Por último se encuentra la letra C, la cual hace alusión a Chemistry, química en inglés. Esta ciencia es considerada la más bella y creativa, puesto a que es la única que tiene la capacidad de crear sustancias que previamente no existían en el Universo, fabricando sus propios objetos de estudio y de descubrir la composición de cualquier muestra material.