Premiación XXOQDF

Premiación XXOQDF
David Yafté Díaz-Sánchez, Premiación XX OQDF

miércoles, 21 de julio de 2010

Solo por diversión

Durante el tiempo que estuve estudiando para competir en las olimpiadas de química, como en toda la vida, existieron momentos buenos, momentos no tan agradables y sin duda alguna, momentos inolvidables. Todo esto pasó de manera fugaz, mi vida comenzó a no tener un sentido fijo y perdí el objetivo principal de la misión. Fue una relación simbiótica entre las comodidades que la química me daba y mi deseo de aprender cada día cosas nuevas. Cada vez era más difuso el horizonte.

Pero platicando con un muy estimado amigo de Baja California, recordé que el motivo de estar concursando no es otro más que la diversión; puramente engendrada apartir de disfrutar los encantos de la química y del amor tan profundo que tengo por esta ciencia. Así recordé aquellos tiempos en los que no me importaba enfundarme en una bata y saltar al acecho de nuevas reacciones; esos momentos en los que con productos de uso domestico común conformé mi primer laboratorio de trabajo; lejanos días en los que con tubos de ensaye de mi juego de química y con pequeñas remesas de químicos baratos descubría los secretos intimos de la naturaleza.


Creo que así comienza todo. Todo lo grande comienza siempre pequeño; todo lo difícil comienza siempre fácil. Y creo que en ese momento próximo al final es cuando uno olvida todo el hermoso background que tiene, el que suscribe menosprecia el saber que el Cr 2+ es azul; el Cr 3+ es verde; el Cr 6+ es anaranjado en medio ácido y amarillo en medio básico. Es ahí donde uno comete el error: nunca debemos hacer de menos lo que conocemos, lo que a nosotros nos consta. Cualquiera puede decir que la reacción de Tollens produce un espejo de plata, pero pocas personas que yo conozco han exclamado cuan hermoso es ese precipitado de plata fina.


Esto es una reflexión acerca de los conocimientos y la forma de adquirirlos. No basta leer en un libro que la reacción de Cu 2+ con amoniaco produce el ion tetraaminocobre II, hay que ver el tubo de ensaye y contemplar el encanto, misterio y belleza de la química. Esta actividad sin duda genera entusiasmo y motivación por buscar entender los misterios de las sustancias. Puede ser una forma novedosa de enseñar (y aprender) química.

2 comentarios:

  1. ¡Exacto! Dejar de contemplar ese mundo (y cualquier otro, no sólo la Química o las ciencias)y sólo querer manipularlo es corromperlo. Por eso creo en que la capacidad de sorprenderse y de fijarse en los detalles es una característica envidiable de los niños que no se debe perder.

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  2. Bien dicho :) todos empezamos a interesarnos y gustar de las ciencias por la curiosidad q surgió de niños al observar y preguntarnos el por qué de las cosas; tal vez incluso, el vernos de adultos manipulando sustancias, o haciendo importantes descubrimientos es lo que finalmente nos llevó a entrar en este maravilloso campo de las ciencias :D

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